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El estigma de un vendedor


Vender, una tarea necesaria y difícil y muchas veces poco valorada, ¿qué haría la mejor empresa con el mejor producto, sin vendedores?.

Para mi, personalmente, vender es la profesión más bonita del mundo, a veces la más ingrata; pero una vez que lo haces bien la más agradecida, excitante y motivante que hay.

A menudo se estigmatiza al vendedor, quién ha escuchado cosas como…:

“Los vendedores sólo van a comer rico y tomar con los CLIENTES, se la pasan de fiesta “

“No hacen nada más que pedir cosas, pero luego al final no venden”

“Viajan continuamente, van a fiestas, recepciones, mundiales con los CLIENTES; sólo se divierten”


Bien, un buen vendedor es mucho más que eso; un vendedor pregunta, investiga, coordina, gestiona, fija la estrategia, construye relaciones, genera oportunidades y ¡vende! Entre otras muchas cosas más.
Un vendedor tiene que auto motivarse todos los días, te levantas eufórico y te puedes acostar hundido; pero al día siguiente toca ponerse las pilas y echarle toda la energía del mundo otra vez.

Un buen vendedor sabe de finanzas, de marketing, de operaciones, cómo hacer una buena propuesta, usar redes sociales como LinkedIn, buscar información donde nadie la busca…en suma, un poco de todo.

Sufrimos más frustraciones que alegrías, pero eso es la venta. Lidiamos con la competencia en precio, producto, servicio, buenas y malas prácticas, y CLIENTES que no entienden lo que hemos trabajado para prepararles una propuesta y ni siquiera nos contestan (muy común esto); para conseguir un SÍ hemos pasado por muchos NO antes.

Un buen vendedor es un “todero”, busca a sus posibles CLIENTES, contacta con ellos, les escucha, entiende sus necesidades, construye una relación, prepara la propuesta ganadora, hace seguimiento, la firma, genera confianza con el CLIENTE, corre cuando tiene un problema y busca la solución y así, podría seguir mucho más.

Es la persona que aglutina al resto de la compañía alrededor de lo más importante: el CLIENTE.

Nos toca trabajar con el CLIENTE externo, sino con el interno también. Cuando nos ponemos intensos pidiendo unas especificaciones técnicas, un reporte financiero, una campaña es porque realmente es vital para conseguir la meta

Luego está la presión; presión por resultados, todo el mundo te mira preguntando por qué no ha entrado el CLIENTE X, y no se dan cuenta que es mucho más difícil de lo que parece y depende de muchos factores externos e internos; algunos de los cuales no podemos controlar.

Vivimos en stress continuo, en la cuerda floja; cuando nos va bien somos los reyes del mundo, pero cuando no es así es como si te pusieran una losa de 100 kilos encima.

Vender, al menos para mi como dije al principio, es la profesión más bonita del mundo sí; pero por favor, no estigmaticemos a los comerciales porque si no vendemos, todo lo demás es accesorio.

El producto, por muy bueno que sea, solo no vende; somos nosotros los que lo hacemos.

Una última cosa, si creéis que comer con CLIENTES, ir a fiestas, viajar, dormir fuera de casa, etc , es lo mejor que hay; intentadlo y veréis que no es tan agradable como creéis.

Os comparto mi experiencia, el otro día me tomé el tiempo de ver en cuantos países he estado y son más de 50 en toda mi carrera, conozco más de 75 ciudades diferentes sí, pero lo que realmente he conocido son hoteles, salas de reuniones, restaurantes y aeropuertos sacrificando el tiempo con mi familia.

Aún así sigo pensando que esta es la profesión más bonita del mundo; toca estar en continuo estado de aprendizaje, y adaptarse a las nuevas circunstancias de un mercado cambiante y difícil, y entender que en el momento actual todo el mundo vende en la empresa moderna.

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