¿Te ha pasado alguna vez que al entrar a un lugar percibes un ambiente denso y pesado?
A mi me ha pasado y la verdad es que no es nada agradable.
Un buen amigo me decía que cuando entraba a su oficina, sentía que el mundo se le venía encima, se le revolvía el estómago al ver caras tristes, serias y largas todo el tiempo. Ese tipo de sensaciones se notan a la legua y lo peor es que son contagiosas.
¿Te imaginas empezando tu mañana todos los días así?
Está claro que el ambiente laboral afecta directamente la productividad personal y puede ser un factor determinante para aumentar la motivación, el compromiso, reducir el estrés e incluso fomentar la felicidad en el trabajo.
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