Rediseñando los empleos en ciberseguridad con IA

En muchas empresas colombianas la ciberseguridad sigue tratándose como un asunto exclusivo del área de sistemas, un conjunto de herramientas reactivas y una lista de protocolos que “alguien más” debe gestionar. Sin embargo, la irrupción de la inteligencia artificial está redefiniendo no solo las amenazas, sino también los perfiles, responsabilidades y decisiones estratégicas alrededor de la seguridad digital.

Mientras los cibercriminales automatizan ataques con IA, muchas organizaciones aún buscan perfiles tradicionales que ya no responden al nuevo escenario. Este vacío entre el riesgo real y la estructura laboral actual representa un peligro silencioso para la continuidad del negocio, la reputación y el cumplimiento legal.

Hoy, más que contratar ingenieros, las empresas deben rediseñar sus empleos en ciberseguridad con visión estratégica, humana y tecnológica, antes de que una crisis los obligue a hacerlo.

En 1988, cuando empecé mi camino en tecnología y transformación organizacional, la palabra “ciberseguridad” apenas se mencionaba. Hablábamos de virus, disquetes contaminados y copias de respaldo en cintas magnéticas. Hoy, en pleno 2025, la conversación cambió por completo. La pregunta ya no es si una empresa será atacada, sino cuándo, cómo y qué tan preparada está para responder.

Y en ese nuevo escenario, la Inteligencia Artificial marca un punto de quiebre definitivo.

No es solo una nueva herramienta; es un nuevo “jugador” en el tablero. Un actor que transforma la forma como se detectan amenazas, se generan ataques, se analizan comportamientos y, por supuesto, se diseñan los empleos que deben proteger la información más valiosa de tu organización.

El error silencioso que cometen muchas empresas

Una de las fallas más frecuentes que veo en empresarios y gerentes es seguir pensando la ciberseguridad como un área técnica aislada: un ingeniero brillante, un firewall robusto y un buen antivirus. Con eso “sienten” que están protegidos.

Pero la IA no ataca solo sistemas. Ataca personas, procesos, decisiones, credibilidad y liderazgo.

Hoy están surgiendo ataques diseñados con IA para:

• Crear correos hiperrealistas (phishing avanzado)

• Suplantar voces de gerentes mediante deepfakes

• Automatizar pruebas de vulnerabilidad en segundos

• Imitar comportamientos de empleados reales

• Aprender patrones de empresa y explotarlos

¿Qué significa esto para un CTO o un CISO? Que ya no basta con saber tecnología; se debe entender el negocio, la psicología humana, el marco legal, la cultura organizacional y la gestión del riesgo.

Y aquí aparece la primera gran revelación:

El cargo de ciberseguridad del futuro no es 100% técnico. Es 100% estratégico.

Un rol que evoluciona: de guardián a estratega

Antes buscábamos “el mejor ingeniero en seguridad”. Hoy se necesita un líder de resiliencia digital. Alguien capaz de sentarse en la junta directiva, hablar de riesgos financieros, impactos reputacionales, cumplimiento normativo (Ley 1581 de 2012, Decreto 1377, GDPR, ISO 27001) y a la vez entender cómo opera una red, una API, un sistema en la nube o una IA generativa.

Este nuevo perfil debe responder preguntas como:

• ¿Qué pasaría si mañana nos filtran la base de datos de clientes?

• ¿Estamos preparados para un ataque de ransomware?

• ¿Cómo responde nuestra organización ante un ataque con IA?

• ¿Qué tan expuesto está nuestro modelo de negocio?

👉 El cliente no compra por datos técnicos. Compra por la seguridad que siente.

Cuando ayudas a un gerente a “visualizar” una pérdida de reputación, una sanción de la SIC o una caída en ventas por desconfianza digital, la conversación cambia por completo.

Pasa de:

“¿Cuánto cuesta la consultoría?”

a

“¿Cómo empiezo antes de que sea tarde?”

Por eso este tema, más que técnico, es un punto de inflexión estratégico para tu empresa.

El impacto organizacional: no es solo el cargo, es la cultura

La IA no solo obliga a rediseñar puestos de trabajo, obliga a rediseñar la forma de trabajar.

Las organizaciones que realmente se blindan son aquellas que:

• Forman a todos sus empleados en cultura de seguridad

• Incluyen la ciberseguridad en su gobierno corporativo

• Integran IA, pero con ética y control humano

• Transforman sus procesos y no solo sus herramientas

Yo siempre lo he dicho:

Nunca la tecnología por la tecnología en sí misma, sino por la funcionalidad.

Y hoy esa funcionalidad es proteger la continuidad de tu empresa.

Aquí muchos preguntan:

“Pero Julio, ¿es eso muy costoso?”

La respuesta real es:

No es más costoso que una multa de la SIC, una demanda colectiva o una pérdida masiva de clientes.

Y por eso, en cada proyecto de transformación, incluyo esta pregunta:

“¿Quién será el responsable real de la seguridad en su organización dentro de 2 años?”

Si no hay una respuesta clara, no hay preparación real.

La IA también es una oportunidad laboral (si sabes adaptarte)

Para profesionales, este cambio no es una amenaza, es una oportunidad histórica. Están naciendo nuevos roles:

• Analista de riesgos con IA

• Auditor de algoritmos y datos

• Arquitecto de resiliencia digital

• Supervisor de decisiones automatizadas

• Consultor en ética digital y cumplimiento IA

Pero la mayoría no está preparada para asumirlos. Se quedan con lo aprendido en 2010 esperando que el mundo no cambie.

Y sí cambia. Cambia todos los días.

El verdadero profesional del futuro no es el que sabe más tecnología, sino el que comprende cómo esa tecnología impacta a las personas, la cultura, la ley y la reputación.

Eso es lo que enseñamos y aplicamos en Organización Empresarial Todo En Uno.NET.

Hace un año me contactó un gerente de una empresa mediana en el Eje Cafetero. Pensaba que exageraban cuando le hablaban de riesgos digitales. Su frase fue:

“Nosotros no somos banco, a nadie le interesa atacarnos”.

Semanas después, su asistente recibió un correo aparentemente enviado por él mismo, solicitando un pago urgente a un “proveedor”. La redacción era perfecta. La firma, exacta. Incluso la forma de escribir.

Era un mensaje generado con IA, a partir de información extraída de redes sociales y correos anteriores.

El dinero salió. La confianza se rompió. La empresa entró en crisis interna.

Cuando empezamos su proceso de transformación, no trabajamos solo tecnología. Trabajamos cultura, cargos, funciones, procesos y liderazgo.

Hoy esa misma empresa es un caso de resiliencia organizacional.

Y la verdadera pregunta es:

👉 ¿Tu empresa aprenderá esta lección de forma preventiva o a través de una crisis?

📌 ¿Quieres transformar tu organización con un enfoque profesional, práctico y humano?

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