En la realidad empresarial contemporánea, en la que la velocidad de cambio es tan vertiginosa como las oportunidades que se abren para quienes están preparados, surge una reflexión inevitable: ¿Qué pesa más en el crecimiento y en la sostenibilidad de una empresa, la actitud o la antigüedad?

Desde mi experiencia liderando Organización Empresarial Todo En Uno y acompañando la evolución de compañías en múltiples sectores a través de nuestras unidades de negocio como Todo En Uno.NET, Mi Contabilidad, Habeas Data Todo en Uno, Campus Organización Empresarial y otras, he podido confirmar una verdad que hoy, en pleno 2025, resulta indiscutible: la actitud supera a la antigüedad cuando se trata de construir futuro.

La antigüedad en una empresa, tradicionalmente vista como sinónimo de respeto y conocimiento, sigue teniendo un valor importante. Es claro que la experiencia acumulada puede ser una fuente de sabiduría operativa. Sin embargo, en un mercado dinámico como el actual, donde la transformación digital, la protección de datos y las exigencias tributarias y contables cambian año tras año, lo que verdaderamente marca la diferencia es la actitud de adaptación, aprendizaje continuo y compromiso real con la evolución del negocio.

En nuestro propio proceso de crecimiento y transformación interna en Organización Empresarial Todo En Uno, hemos vivido esta realidad. No basta con haber estado “mucho tiempo” en un cargo o en una función: los colaboradores que siguen aportando valor son aquellos que asumen cada reto como una oportunidad de superación, que actualizan su conocimiento constantemente a través de iniciativas como nuestro Campus Empresarial, y que entienden que la lealtad a la empresa se mide no por el tiempo, sino por el compromiso proactivo.

Lo mismo hemos compartido en artículos como Cómo construir organizaciones que evolucionan, donde explicamos que el mundo empresarial actual premia la resiliencia, la mentalidad de aprendizaje y la capacidad de adaptación por encima del simple paso del tiempo.

La historia real que inspira este análisis, planteada originalmente en el artículo de Javi Consuegra, nos presenta situaciones que todos hemos vivido: colaboradores que utilizan la antigüedad como una especie de “escudo” para evitar cambios o nuevas responsabilidades, versus quienes, independientemente de su tiempo en la empresa, enfrentan cada desafío con actitud de dueño, con hambre de superación, con humildad para aprender y valentía para innovar.

En la experiencia que hemos vivido implementando procesos de transformación digital en empresas de diferentes sectores a través de Todo En Uno.NET, hemos visto cómo la actitud de las personas es lo que realmente determina el éxito o el fracaso de un proyecto.

No importa qué tan robusta sea la tecnología que implementemos, o qué tan bien diseñada esté la estrategia contable, tributaria o de Habeas Data: si el equipo no tiene una actitud abierta, constructiva y colaborativa, el avance será lento, costoso y limitado.

Este mismo concepto se refuerza cuando hablamos de cultura de cumplimiento. En proyectos de adecuación a la Ley 1581 de protección de datos, como los que lideramos en Habeas Data – Todo en Uno, no basta con que los colaboradores firmen una política; es la actitud ética y consciente frente al tratamiento de la información la que garantiza la sostenibilidad del cumplimiento en el tiempo.

Lo desarrollamos de forma complementaria en nuestro blog sobre la cultura del cumplimiento como ventaja competitiva.

La actitud también marca la diferencia en los procesos de innovación. En nuestra experiencia asesorando empresas que buscan optimizar su contabilidad y facturación electrónica a través de Mi Contabilidad y Facturatech, hemos visto cómo equipos con actitud proactiva logran implementar soluciones de automatización en tiempos récord, mientras que otros, atrapados en el "así siempre lo hemos hecho", retrasan procesos vitales.

Más allá de los procesos técnicos y los números, la actitud se convierte en un motor cultural que define la identidad de la organización. Un equipo que celebra los pequeños logros, que enfrenta las crisis como oportunidades de mejora, que respeta el pasado pero construye el futuro con entusiasmo, es un equipo que convierte los proyectos en realidades exitosas.

En cambio, una organización que privilegia la antigüedad sin evaluar la actitud corre el riesgo de volverse rígida, de perder competitividad, de desincentivar el talento joven y de quedarse rezagada en un mercado que no espera.

Hoy, los líderes empresariales tenemos la responsabilidad de cultivar culturas donde la actitud y el compromiso pesen tanto o más que los años de servicio. Donde el mérito, la innovación y la colaboración sean premiados tanto como la experiencia acumulada.

Así como reflexionamos en el artículo Sobre la necesidad de una evolución constante, el cambio no es una amenaza: es la única garantía de permanencia.

En Todo En Uno.NET y en toda la Organización Empresarial Todo En Uno, seguimos comprometidos con esta visión. Formamos, acompañamos y reconocemos a quienes suman actitud a su experiencia, a quienes entienden que el verdadero legado no es solo quedarse, sino evolucionar y hacer evolucionar a la organización.

Si estás construyendo tu carrera o liderando un equipo, recuerda: el tiempo puede abrir la puerta, pero es la actitud la que te mantiene dentro, creciendo y dejando huella.