El cambio es difícil y esfuerzos de agilidad empresarial pueden implicar cambios en estructuras, procesos, herramientas y métricas de la organización.
La agilidad empresarial es un paradigma para utilizar metodologías ágiles más allá de los equipos de tecnología y desarrollo. Los esfuerzos exitosos de transformación ágil pueden aumentar la satisfacción del cliente, reducir los costos operativos y facilitar la participación de los empleados.
El concepto de agilidad empresarial está creciendo en popularidad como una mega tendencia global, debido al ritmo más rápido de cambio provocado por la disrupción digital, la pandemia de covid-19, el cambio climático y las nuevas regulaciones. Las organizaciones ágiles que han tenido éxito en el desarrollo están en la mejor posición para extender estas prácticas a toda la organización para mejorar el impacto de la agilidad en más aspectos del negocio.
Las iniciativas de agilidad empresarial, como la que venimos implementado en Claro Colombia, se extienden a equipos más diversos que los enfoques ágiles tradicionales que se enfocan en roles centrados en TI. Un equipo ágil tradicional puede incluir desarrolladores, evaluadores y equipos de operaciones, a menudo denominados DevOps. A lo largo de los años, varios expertos han ampliado esto para incluir expertos en la materia empresarial (BizDevOps), equipos de seguridad (DevSecOps), ingenieros de datos y científicos de datos (DataOps).
La agilidad empresarial es la extensión natural de los conceptos básicos de agilidad en equipos más variados que pueden incluir equipos de recursos humanos, legal, finanzas, servicio al cliente, operaciones diferentes disciplinas de ingeniería y marketing.
Uno de los mayores desafíos en la adopción de la agilidad empresarial radica en definir de forma correcta los objetivos que se quieren lograr e identificar las métricas adecuadas que los respaldan junto con los objetivos de procesos ágiles. Un buen punto de partida es inventariar y simplificar objetivos y resultados clave, que son comunes en organizaciones de alto rendimiento.
Definir las métricas apropiadas para la agilidad empresarial no es tan sencillo. Los equipos deben pensar en mejorar las métricas de experiencia de clientes, comerciales y financieras junto con la mejora de los procesos necesarios para hacerlo mejor. Las herramientas de mapeo de flujo de valor pueden ayudar a crear y monitorear métricas más matizadas.
Un cambio exitoso hacia una mayor agilidad organizacional generalmente comienza con un fuerte enfoque en mejorar la propuesta de valor para el cliente en pequeños incrementos. También es esencial abordar los aspectos humanos y de inteligencia emocional para ayudar a que todo el equipo participe. En general, el cambio es difícil y los esfuerzos de agilidad empresarial pueden implicar cambios en las estructuras, procesos, herramientas y métricas de la organización.
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